El cromado es un proceso mediante el cual se recubre una pieza, generalmente metálica, con una fina capa de cromo para mejorar su apariencia, resistencia a la corrosión y durabilidad. Existen dos tipos principales: el cromado decorativo, usado en artículos como rines o grifería por su brillo y estética, y el cromado duro, utilizado en la industria por su alta resistencia al desgaste.

El proceso se realiza por vía electrolítica, y requiere una preparación previa de la superficie. Entre sus ventajas destacan su acabado brillante, la protección contra el óxido y el bajo mantenimiento. Se aplica comúnmente en sectores automotriz, industrial, médico y doméstico.

Para conservar el cromado, se recomienda una limpieza regular con productos suaves y evitar agentes corrosivos.